martes, 13 de octubre de 2015

TITULAR DE SOBERANIA

Reflexiones sobre los derechos de la Nación española y su Soberanía.

En un editorial radiofónico, a propósito de la separación de Cataluña, he escuchado decir que España tiene 3000 años de Historia y es la primera Nación Soberana europea. Incluso se le conceden derechos, sin decir cuales, aunque conociéndo al autor podría aportar toda una retahíla de ellos. Se definió, también, el concepto Nación como la reunión de los españoles de los dos hemisferios (La Pepa). Del contenido del editorial entendí que la Nación/Estado es un conjunto de elementos llamados personas que viven en un territorio determinado llamado España. En consecuencia la Nación Española es indivisible según lo establece la Constitución actual. Aunque la Pepa habla de dos hemisferios y ahora solo estamos en uno.
No voy a entrar en competencia sobre los conocimientos, cultura y erudición sobre el particular. Es por eso que me limitaré a reflexionar sobre la importancia que tiene la Titularidad de la Soberanía. Y explicaré por qué.



La palabra Soberanía siempre la he ligado a Soberano. Y Soberano la he ligado a Rey. Y Rey era Soberano por la gracia de Dios. Y Dios es el Ser espiritual mas poderoso, por encima del cual no hay nadie. Todas las leyes divinas son inescrutables, pero al ser  invisible e inaccesible, del que derivaba el poder del Rey (Soberano), el Rey se convertía en el dios de la tierra. Como consecuencia  de lo cual a nadie tenía que rendir cuentas de sus acciones. Esto es lo que nos enseñaron en las escuelas sobre Soberano y Soberanía.
Cayó en desgracia el Soberano y hubo que cortarle la cabeza, pero entonces había que buscar una palabra que representara el poder sobre un feudo, un territorio, y se adaptó la palabra Soberanía para representar el poder del “ente” Soberano. Tuvo que pasar mas de un siglo de guerras para que se recobrara la cordura y en Westfalia (1648) se estableció el concepto Estado/Nación Soberano sobre un territorio. De esta manera se prostituye la palabra para denominar “el poder de un Soberano virtual llamado Estado/Nación”. Así nació el Estado Soberano y la Nación Soberana. Pero en aquel entonces el concepto no incluía a las personas, sino que era una extrapolación de lo que hasta entonces era la propiedad de un Soberano.
Qué puedo decir de Nación. La Nación es un colectivo sin vida propia. Algunos dicen, entre ellos la Constitución, que es el pueblo, pero ¿quien es el pueblo?: otro colectivo. Desde mi punto de vista un colectivo nunca puede asumir la Soberanía porque no tiene capacidad para hacerlo, ni libre albedrío para decidir. Pero es que además el colectivo debe ser homogéneo, y esto no siempre puede cumplirse; como lo estamos comprobando recientemente. Hay que acabar con la falacia de asignar responsabilidades a quien no las tiene porque no puede tenerlas; sería como asignar responsabilidad a un vegetal.
Llegados a este punto, ha habido muchos escritores que han pretendido poner orden en todo esto: Bodin, Hobbs, Rousseau, Seyes y todo el que pasaba por allí decía algo al respecto. Todos ellos coincidían en una cosa: Soberanía es una cualidad de Soberano, y Soberano es el ser racional mas poderoso e independiente. El problema es que cuando lo aplicaban a la realidad unos decían que era el pueblo, otros la nación, otros que era el ciudadano el cual era a su vez súbdito, etc. Como el hombre expresa sus ideas y conocimiento con palabras se tuvo que trasformar su significado original para satisfacer a todo el mundo, por lo que hay que concluir que la TITULARIDAD DE LA SOBERANÍA ESTÁ POR DEFINIR, o lo que es lo mismo ¿quien es el titular de la Soberanía realmente?.
EN EL ORIGEN ESTÁN LAS RESPUESTAS.
Desde un punto de vista objetivo y absoluto, el titular de la soberanía es el Ser Humano. Es el Ser Humano porque 150.000 años de existencia así lo corroboran.
Los antropólogos sostienen que el hombre salió de Africa y se extendió por todo el mundo. Esta teoría me cuesta creerla, pero algo parecido tuvo que suceder. Lo cierto es que en aquel tiempo no había fronteras, salvo las naturales, ni estado, ni reyes, ni leyes, ni nada. Todo lo que hoy conocemos: pueblos, ciudades, naciones, estados, idiomas, religiones, ideologías, partidos políticos, edificios, puentes, etc., lo ha creado el hombre, para bien o para mal, por lo que cuando decimos que un Estado concede derechos a sus ciudadanos en razón de su Soberanía, -como dice actualmente nuestra Constitución-, ¿con qué autoridad lo hace?. La conclusión inmediata es: porque el Hombre se la ha cedido. Y es el Hombre, y no los hombres, porque el grupo no tiene voluntad para tomar decisiones, solo el hombre la tiene. Luego, la siguiente  pregunta es: ¿la cesión ha sido voluntaria?: si ha sido voluntaria estaremos en algo así como una Democracia (libre); si por el contrario es coactiva estaremos en el Comunismo, se llame como se llame. Luego, las cosas están después que el hombre y no al contrario.
Con el transcurrir del tiempo la Soberanía ha pasado del Hombre a la Nación/Estado, por obra y gracia de los regímenes feudales que pretendieron salvar con ello su poder y estabilizarlo. Los que hoy llamamos ciudadanos no tuvieron nada que ver en esa decisión. Sin embargo hoy se asume por todos que una Nación es Soberana cuando las decisiones del gobierno de turno no dependen de nadie. Lo mismo puede decirse para el Estado. Es decir, el significado del concepto no ha cambiado. La titularidad queda en un limbo.
IMPORTANCIA DE IDENTIFICAR EL TITULAR DE LA SOBERANÍA.-
La importancia de identificar el Titular de la Soberanía estriba en que de ella depende el reparto de la responsabilidad que cada uno asume en las sociedades modernas.
No es lo mismo decir que el Estado está al servicio del ciudadano, que decir que el ciudadano está al servicio del Estado. Porque diciendo que el Estado es Soberano para repartir derechos, como si de dios se tratara, se esta conculcando con ello las libertades de los individuos: “no tengo tal o cual derecho porque no me lo ha concedido el Estado”, y lo que es peor, se nos asigna la categoría de menores de edad dependientes de ¨papa Estado¨. Es decir, es un Estado de súbditos. Y no me vale que los artículos de una constitución digan lo contrario que se dice en otros para contentar a todo el mundo, porque al final la leyes no representan justicia alguna. Lean a Bastiat para comprender lo que digo. O lean la Constitución de los EE UU.
Si el Titular de la Soberanía es el Hombre, ¿Para qué sirve un Estado?: Para asegurar los únicos tres derechos del Hombre: vida, libertad, y propiedad. 
Para asegurar estos tres derechos, las sociedades modernas eligen Gobiernos para administrar dichos Estados. Los Gobiernos lo forman personas con ideologías diferentes, en ocasiones opuestas, que imprimen un sesgo democrático o totalitario al Estado. Es decir, que aún siendo la misma Nación, el mismo Pueblo, el mismo Estado, la forma de asegurar los derechos es absolutamente distinta. En el primer caso estaríamos en un Estado al servicio del Pueblo y en el segundo estaríamos en un Pueblo al servicio del Estado. Esta distinción no siempre es tan clara por lo que puede darse la circunstancia de que Estados que se denominan democráticos practican políticas totalitarias. Explicaré por qué.
La administración de los Estados tiene unos gastos y los Gobiernos cubren estos gastos con impuestos. Si se trata de asegurar los derechos del Hombre, los impuestos deberían tener un valor para cubrir seguridad, defensa, justicia y diplomacia. Si el Estado se excede en sus competencias los impuestos crecen de manera incontrolada.
En la medida en que los impuestos crecen, los ingresos de las personas decrecen, llegando un momento en el que el individuo está incapacitado para valerse por si mismo: Su Soberanía ha desaparecido. En este supuesto da igual cual sea la ideología del Gobierno de turno: todos los ciudadanos se han convertido en súbditos. El Estado se ha adueñado de la Soberanía.
Al haberse convertido el Estado en Soberano y dueño de sus súbditos, todos los recursos están en poder del Estado obligando a sus ciudadanos a reclamar subvenciones para sus necesidades. Estas subvenciones se conocen como derechos, aunque nada tengan que ver con los verdaderos derechos del Hombre. El Estado se ha convertido en el Rey feudal, es el Soberano que concede graciosamente los derechos que discrecionalmente considera oportuno. Se llega así al concepto de “LO PÚBLICO”. Lo público tiene su origen en regímenes totalitarios para indicar que el Estado es el que proporciona las servicios a sus súbditos.
Las sociedades modernas han asumido la doctrina totalitaria según la cual lo público es lo bueno, lo privado es lo malo; sin caer en la cuenta de que lo público existe porque lo privado ha dejado de existir. Tampoco se han planteado ¿por qué es mejor lo público?, sencillamente porque no están en condiciones de hacerlo. Tampoco se han planteado el que lo público implica la desaparición de los tres derechos del Hombre: libertad de elegir. El ciudadano debe usar los servicios que lo público le ofrece, sea bueno o malo.
Es fácil comprobar que a pesar de existir alternativas de gobierno, todos aplican el principio de “LO PÚBLICO” en sus gestiones, con lo que podemos llegar a la conclusión de que no basta con identificar la TITULARIDAD DE LA SOBERANÍA, es necesario dar un paso mas. Es necesario asegurar que los políticos que no respeten los derechos del Hombre deben dejar el Gobierno anticipadamente, es decir, antes del vencimiento de su mandato. 
Al igual que los contratos privados contemplan cláusulas que regulan la creación de sociedades, su funcionamiento y responsabilidades de los socios, también se incluyen cláusulas de resolución, tanto de plazo como de incumplimiento por alguna de las partes. Si existiera un procedimiento para retirar la confianza a un gobierno por incumplir alguno o los tres derechos inalienables, quedaría claro que el Soberano es el ciudadano y el Estado es el administrador de la parte de Soberanía cedida voluntariamente por el ciudadano. 
¿Cómo hay que entender el patriotismo?. El patriotismo son sentimientos.  La gestión de la Soberanía es un acto racional. Otra cosa es la coherencia en los comportamientos que cada uno tenga con arreglo a sus principios: Uno puede querer mucho a España y expatriarse porque no esté de acuerdo con sus leyes. Si esto ocurre lo que hay que preguntarse es: ¿por qué no se protegen  los derechos inalienables y se deja libertad para lo demás?.
Para un liberal Nación, Estado, Patriotismo, ideología, etc es secundario; lo importante es la libertad, libertad de elegir, de asociarse, de desasociarse, de respetar y ser respetado. Lo público es liberticida. El Estado en tanto que sea confiscador es liberticida; en consecuencia, los grupos de personas deberían tener el tamaño que permita a sus miembros sentirse libres. ¿cómo se articula esto con el concepto actual de Estado?. Contestar esta pregunta requiere el desarrollo de todo un proyecto de Estado Libre.
En base a lo expuesto, en mi opinión, la Constitución Española debería comenzar diciendo:
La Soberanía reside en los ciudadanos del pueblo español. Son ciudadanos españoles todos los nacidos y residentes en España. 
Los ciudadanos españoles deciden ceder parte de su soberanía para constituir un Estado. El Estado Español. 
El régimen político del Estado será la Democracia. 
La estructura del Estado será la Monarquía Parlamentaria. 
La organización del Estado estará definida por las leyes. 
Dejar claro la titularidad de los derechos y deberes en una organización social es básico para que esa organización funcione. La indefinición y arbitrariedad solo es el principio de la corrupción y el desencuentro. 
La Democracia no necesita adjetivos calificativos, o es democracia o no es nada. 


Esto es lo que pienso hoy en Madrid a 30 de septiembre de 2015 siendo las 0h 10 m.
Gracias por visitar mi blog.