jueves, 11 de junio de 2015

VERDAD/MENTIRA

REFLEXIONES SOBRE LA VERDAD/MENTIRA.


La naturaleza del hombre le permite distinguir con facilidad el frío del calor, el hambre y la sed de la saciedad, lo bueno de lo malo, el bien del mal, el dolor y el placer, etc. Sin embargo la naturaleza humana no le permite distinguir la verdad de la mentira
El hombre asocia la verdad al bien, a lo bueno, y la mentira al mal, a lo malo, incluso al dolor moral. Se comprende que si un perceptor recibe una mentira como verdad, estará procesando una mentira como buena, y viceversa. Por lo tanto, parece que es muy importante para una persona aprender a distinguir la verdad de la mentira.
Siguiendo con la metodología de Hobbes, lo primero que debo hacer es definir verdad y mentira. Resulta muy comprometido dar una definición clara para verdad. No sucede lo mismo con mentira: “ mentir es decir lo contrario de lo que se piensa con ánimo de engañar”. Podría decir que verdad es lo contrario a la mentira, pero esa forma de definirla no satisfaría mi conciencia.
Para definir verdad he recurrido al diccionario y me he encontrado con varias acepciones para este vocablo. Si nos referimos a hechos o cosas: “verdad es la coincidencia entre la descripción de la cosa o del hecho, y el hecho o cosa propiamente dicho”. En relación con las ideas o sentimientos: “verdad es la conformidad entre lo que se piensa o se siente con lo que se dice”. Hay otras definiciones referidas a principios y/o creencias que no traeré aquí. 
No seré tan ingenuo para no comprender que la verdad es una de las definiciones más polémicas del vocabulario. Se comprende fácilmente que distinguir la verdad de la mentira dependerá de la sinceridad del emisor del discurso, pero también de la sabiduría del receptor del mismo.
Esquemas mentales de referencia.-
El hombre ha necesitado 150.000 años para memorizar los elementos de referencia que necesita para distinguir lo bueno de lo malo; pero la recopilación de todos los datos descubiertos, por unos y por otros, constituyen bases de datos que el hombre usa como referencia. Sostengo, por lo tanto, que el hombre necesita esquemas mentales virtuales de referencia para poder desenvolverse en la vida. El ejemplo más socorrido es el del médico que incorpora un “esquema del hombre sano” en su mente, y cuando un enfermo llega a su consulta compara la auscultación y análisis clínicos del mismo, con su esquema mental. Al hacer la comparación descubre, generalmente, las razones del padecimiento y hace el diagnóstico y prescribe su tratamiento. No hay que decir que si su diagnóstico es equivocado el enfermo no curará.
Todos nosotros, los ciudadanos de un colectivo integrantes de una comunidad organizada en forma de Estado, creemos tener un esquema mental de nuestra sociedad, de nuestro Estado, de nuestro gobierno y de cualquier organización que participa en la vida pública, en general de todas las cosas que creemos conocer, incluso de nosotros mismos. Cuando recibimos una información del exterior la procesamos con relación a nuestro esquema mental virtual, elemental o cultivado, y concluimos con un veredicto (diagnóstico). En ese mismo instante el ciudadano se posiciona con relación a la información recibida: a favor si cree que es verdad y contrario si cree que es mentira. Se comprende fácilmente que tanto el veredicto como el posicionamiento serán función de la calidad de la información procesada y de la objetividad del modelo de referencia, al igual que le sucedía al médico del ejemplo anterior, si las informaciones son verdaderas y el proceso de comparación es correcto y objetivo podríamos decir que tanto el diagnóstico como el posicionamiento son libres, es decir, no han sido manipulados: cada cual elige lo que en conciencia debe; caso contrario cometerá un error cuyas consecuencias veremos más adelante.
Podría decirse que, si el emisor de la información ha sido honesto y sincero, y el esquema mental del receptor esta construido a partir de una formación objetiva y la sabiduría propia o heredada, el veredicto y posicionamiento será razonablemente correcto; por el contrario, si el emisor lanza mensajes mentirosos y/o el esquema mental del receptor está debilitado por el adoctrinamiento de la sociedad, podemos concluir, sin temor a equivocarnos, que la decisión del ciudadano estará viciada.
Puestas las cosas así, la clave para que un individuo, y por extensión el colectivo democrático del que forma parte, tome decisiones acertadas, es:
 La formación objetiva del ciudadano. Una formación objetiva le permitirá distinguir las verdades reales de las “demagógicas”.
 De una sabiduría adquirida y heredada, que le permita conocer su historia y la de su entorno.
 De un dominio del lenguaje que le permita conocer el significado cierto de las palabras que usa y que escucha.
 Este será su esquema mental de referencia. Cuando alguien le diga que la noche es día, o que dos mas dos son cinco, por ejemplo, sabrá, sin lugar a dudas, que tratan de engañarle. 
Roger Bacon (1214-1293) dijo que los cuatro pilares de la Ignorancia Humana son:
Fé en una autoridad inadecuada.
La fuerza de la costumbre.
La opinión del vulgo inexperimentado y,
La ocultación de la ignorancia por uno mismo, con la exhibición de una superficial sabiduría.
Caminaba el otro día por las calles de Albarracín, bonito pueblo, y en paralelo por la misma calle caminaban dos jóvenes, no tendrían quince años, conversando sobre economía. Me sorprendió la conversación por su edad y por el lugar, ya que su edad  me hizo pensar que su formación académica no debía haber acabado y su experiencia, en el tema de conversación, poca. Digo que conversaban sobre economía porque uno le explicaba al otro la crisis financiera que atenaza al mundo hoy día, el otro asentía con manifestaciones de asombro. Sospecho que el receptor del discurso se convertiría en orador frente a algún otro amigo o conocido en momentos posteriores; y así se continuaría la cadena de comunicación “boca a boca”. Me pregunté cómo habría adquirido el conocimiento del tema el joven que mantenía el discurso. A riesgo de equivocarme, la escena me recordó a Roger Bacon y sus sentencias anteriores. Yo estoy de acuerdo con estas sentencias.
Cuando en una sociedad un individuo no es capaz de descubrir la verdad porque el emisor miente, o por que sus esquemas mentales están viciados, podemos decir que esa sociedad está manipulada. En esa sociedad se dirá que se toman decisiones democráticas cuando en realidad son decisiones que ha tomado el líder con engaños, el cual manipula las decisiones de sus ciudadanos al contarles mentiras que serán incapaces de descubrir al no disponer de los esquemas mentales objetivos necesarios. Esta es una labor de adoctrinamiento de las escuelas.
Mentiría si, con lo expuesto anteriormente, pretendo decir que hay un método o procedimiento para distinguir la verdad de la mentira de manera inequívoca. Puedo decir que los médicos se equivocan a pesar de disponer medios científicos a su servicio. La verdad absoluta, en la vida real, no existe; existe lo que podríamos llamar verdad condicionada por el desarrollo del conocimiento: las leyes de Newton pasaron a ser un caso especial de la Teoría de Relatividad, cuando esta se descubrió, por ejemplo. Ya he definido la verdad y puede comprenderse que el subjetivismo/conocimiento puede jugarnos malas pasadas para describir ciertas cosas. Sin embargo, el hombre busca la verdad en todas las cosas de la naturaleza, del universo, de la vida, y en si mismo. Se siente bien cuando cree haberla encontrado y mal si se equivoca. Podría poner ejemplos en las ciencias, en la economía, en la vida, en la sociedad, y en la vida común. Un investigador cuando comprueba que sus teorías se cumplen experimentalmente, puede publicar que sus teorías son verdaderas.
Curiosamente en la vida pública los proyectos del poder siempre se cumplen, aunque todo el mundo sepa que es mentira. El político de turno construirá un argumento, soportado en la mentira y los esquemas mentales manipulados de los individuos, para decir que el proyecto ha funcionado según lo previsto. Eso es mentira. El responsable jamás lo reconocerá y los ciudadanos, manipulados, serán incapaces de conocer la verdad. Por extrapolación podría aplicar el mismo razonamiento a nosotros mismos: cuando algo nos sale mal tratamos de engañarnos diciendo que no pudimos hacer nada para evitarlo, y cosas así.
¿Por qué es tan importante conocer la verdad?.
Como ya he dicho al principio, el hombre asocia la verdad a lo bueno, a lo deseable, a lo positivo; sus decisiones estarán condicionadas por la verdad que encierren las informaciones que le han servido para tomarlas. Se comprende fácilmente que el hombre está muy interesado en la verdad pues esta le mantendrá con vida y/o le conducirá a un estado de bienestar superior al anterior.
Decidir supone elegir entre alternativas. El hombre tiene que decidir continuamente en asuntos de la vida corriente y en asuntos de la vida espiritual. Buscar la verdad de las cosas, en las cosas y en uno mismo, ha sido y es un reto en la historia del hombre. Luego el conocimiento de la verdad nos facilitará la toma de decisiones acertadas; las decisiones acertadas nos mantendrán con vida, tanto material como espiritual. 
Ha sido, y es, un instinto natural el mantenerse con vida, por lo que las decisiones que el hombre ha tomado, y toma, tienen como finalidad mantenerse con vida y mejorar su estatus, es casi una obediencia bíblica: come para mantenerse con vida; bebe para mantenerse con vida; caza porque en ello le va el sustento, etc.; luego la verdad juega un papel fundamental en la vida. La mentira, que podríamos equiparar con el error, nos conduce a la muerte: si confundo los alimentos que como, puedo morir, si bebo algo venenoso, moriré. El hombre necesitó descubrir la verdad de estas cosas elementales, que hoy nos parecen obvias, para sobrevivir. 
El reto que el universo y su propia naturaleza le plantea al hombre para descubrir la verdad, lo ha encarado apoyado en la curiosidad. Solo los emprendedores arriesgan, incluso su vida, para encontrar la verdad. Pondré un ejemplo: Cristobal Colón arriesgó su vida por una idea, o por un sueño de poder, para descubrir si sus teorías eran ciertas, es decir, si eran verdaderas. Paradógicamente descubrió un nuevo continente que no era el que él pensaba que sería, pero confirmó lo que era un misterio entonces: la tierra era redonda, mejor dicho esférica. El misterio convertido en idea, y la idea en proyecto vio la verdad con la materialización del mismo, con la experiencia. Antes que él muchos emprendieron el viaje, todos perecieron, solo la pericia y formación salvó su expedición
En tanto que la ciencia nos brinda ejemplos irrefutables para conocer la verdad de las cosas, no sucede lo mismo con las relaciones sociales, políticas, individuales y propias. Resulta sorprendente que no se haya descubierto un sistema organizativo que resuelva las relaciones humanas de forma satisfactoria. La forma en la que el hombre ha pretendido organizarse a lo largo de la historia ha sido variada, conflictiva e injusta, y todavía hoy seguimos discutiendo sobre el mejor sistema de organizarnos. ¿será que no somos honestos con nosotros mismos?
Descubrirse a uno mismo ha sido un reto antiguo y universal, la literatura está llena de relatos estremecedores. Las pasiones que descubrían nuestros ancestros en su comportamiento, los llevaron amplificados a sus dioses para explicar el comportamiento de la naturaleza cuando les era adversa. Una vez desmitificados los dioses por el descubrimiento de las verdades del universo (leyes), solo nos quedan las pasiones en el hombre. Pasiones que tratamos de controlar con las legislaciones o regulaciones sociales. Tratamos de regular las pasiones porque pensamos que son malas. ¿Será que una pasión está originada por un sentimiento irracional?.
Antiguamente los engaños se castigaban con la muerte, pero también se castigaba con la muerte a los que, por una razón u otra, amenazaran con descubrir la verdad de los hechos que el que mataba pretendía encubrir. Este es un ejemplo más de como la verdad y la mentira ha jugado su papel en la conducta de los poderosos, y también de los menos poderosos. Hoy las mentiras se encubren con más mentiras, y entonces decimos que somos civilizados.
Mentiras piadosas.-
Cuantas veces hemos oído: “es una mentira piadosa...”, “he tenido que echar una mentira piadosa para conseguirlo..”, “es que si no echo la mentira piadosa se nos cae tal o cual principio..”. O cuantas veces hemos oído explicar el padre al hijo cosas utilizando mentiras piadosas porque o bien no puede explicárselo con argumentos reales que no entendería, o bien porque lo que tiene que explicar, no le interesa, o le da vergüenza, exponer los argumentos verdaderos.
Llegados a este punto debo definir las mentiras piadosas como la llave que desbloquea el esquema mental virtual del interlocutor, objetivo de la mentira, para conseguir su soborno/satisfacción. Esta herramienta es utilizada por todo el mundo, sin pudor, para alcanzar sus fines: entre familiares, entre socios, en política, etc. ¿que fuerza moral tiene el que lo utiliza para criticar a otro?: suele ser normal ver la aguja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio.
El significado que tiene esta figura retórica es la de considerar la formación del hombre muy insegura, vulnerable y moldeable, permitiendo al conocedor de la personalidad del contrario utilizar argumentos que favorezcan la acción en el sentido que uno desea.
En la antigüedad, fundamentalmente en Grecia, se utilizaba el Oráculo de Delfos para doblegar la voluntad del que consultaba en el sentido en el que deseaba el que interpretaba su contenido. Ante una batalla se consultaba al Oráculo para saber si el desenlace de la misma sería favorable. La interpretación del oráculo podía ser en un sentido o en el contrario, ya que el texto era un jeroglífico de infinitas posibilidades, luego si había interés en iniciar la batalla la interpretación se hacía para que el desenlace fuera favorable. El interprete estaba realizando una mentira piadosa.
Pasiones vs Virtudes.
Es del dominio público que el hombre pasional es aquel que hace las cosas sin pensar; por el contrario el virtuoso es el que hace las cosas con prudencia y con reflexión, adoptando decisiones intermedias entre en mayor riesgo y el menor. Aristóteles decía que en el medio está la virtud. Las pasiones se consideran malas, en general, y las virtudes buenas, en general.
Si las pasiones las ejecuta el hombre sin pensar, como ya hemos dicho, ¿de donde le vienen?, ¿ cual puede ser su origen?. Los evolucionistas dicen que tienen su origen en la estructura animal que aún conservamos. La reacción pasional obedece a instintos animales que recuerdan nuestro origen animal. Parecería lógico pensar que su control hubiera que buscarlo en el lugar de la persona que conserva ese recuerdo genético. El control coercitivo del comportamiento humano daña la libertad, lo cual puede provocar manifestaciones pasionales aún más perjudiciales para la sociedad, que las que se trata de corregir, como es de hecho.
Mi razonamiento me lleva a pensar que los sistemas organizativos que nos hemos dado para vivir en sociedad no enfrentan el problema con la verdad del hombre por delante, o bien porque la desconocen, o bien porque la ignoran. Si conociéramos la verdad del hombre, su integración en la sociedad sería más sencilla. Hay pasiones que tienen la curiosa paradoja de ser buenas y malas: el orgullo por ejemplo; se dice que el orgullo le ha llevado a la perdición, sin embargo se dice: estoy orgulloso de mi hijo. La soberbia: la soberbia le ha hecho enemistarse con sus amigos; sin embargo se dice: esta señorita es soberbia. Quizás este ejemplo sea un juego filológico para decir que si convertimos una pasión, considerada como una cualidad mala del hombre, en virtud, habremos resuelto el problema.
Convertir pasiones, actitudes negativas, en virtudes, actitudes positivas del hombre supone elevar su nivel intelectual, lo cual exige formación y transformación de los esquemas mentales de vida. Según dicen los filósofos, que creen en este nuevo paradigma, es un proceso de aprendizaje que solo se adquiere cuando la sociedad en su conjunto lo ha aprehendido. Hoy solo disfrutan de este estadio los sabios y los santos.
Pero retomemos el hilo conductor de nuestro razonamiento. El hombre pasional reconoce que su comportamiento, cuando obedece a una pasión incontrolada, está mal y ha hecho, o puede haber hecho, el mal, luego, está dispuesto a mentir para no reconocer que ha hecho el mal; este comportamiento indica que la persona por naturaleza distingue el bien del mal, y por eso mienten, ya que si no lo hicieran estarían reconociendo que han hecho el mal. Luego la pasión conduce, o puede conducir, a la mentira. Si un hombre engaña a su mujer, o viceversa, lo normal, hoy día, es que se mientan.
Podríamos recorrer cada una de las pasiones conocidas para ver el efecto perverso que causan en el conocimiento de la verdad. Pero yo me quedo con el que creo que mas perjudica al hombre como individuo secuestrado por una sociedad a la que pertenece de manera inexcusable: el poder. Por el poder se han hecho cosas terribles e inconfesables. Se dice que el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. La rebelión ante el poder ha sido causa de muerte y la sumisión ha supuesto la muerte espiritual de la persona, ha perdido su dignidad y su libertad. Pero lo que nos importa de la pasión por el poder son sus consecuencias para el individuo aquí y ahora. 
En un principio se otorgaba el poder a la persona más relevante para cuidar el bien común, en realidad el poder otorgado era más restringido ya que se refería a la seguridad interna y externa del colectivo. El bien común es algo así como todo aquello que beneficia a la mayor parte de los integrantes de un colectivo y no va en contra de las leyes de la naturaleza. Hoy día este principio se ha prostituido por el interés general, es decir el de la mayoría, es decir del líder que desea el poder. Como ya se ha dicho, al estar manipulada la sociedad la regulación de la misma ya no seguirá los principios del bien común, sino los intereses del líder para mantenerse en el poder. ¿Cuales son esos intereses?, disfrutar de los privilegios del poder, que es tanto como decir dar rienda suelta a sus pasiones sin control de nada ni de nadie. Podrían ponerse muchos ejemplo de lo que digo.
Verdad, libertad y progreso.
Creo haber dejado claro que  a través de la verdad el hombre decide y las decisiones acertadas le mantiene con vida. Creo haber dejado claro, también, que las pasiones son un foco de mentiras, en concreto el poder es el más perjudicial para la convivencia. También he dicho que si conseguimos convertir la pasión en virtud habremos resuelto nuestros problemas.
Cuando estamos en condiciones de disfrutar de la verdad, estamos preparados para tomar decisiones acertadas, también arriesgadas porque nunca se conoce toda la verdad, lo cual nos da una autonomía que antes no teníamos. Esta autonomía la llamaré libertad, ya que me permite hacerme dueño de mis actos, de mis ideas y de mi pensamiento y, también, de mi responsabilidad. Podría decirse que he conquistado mi soberanía como ser humano. Podré ceder la parte de soberanía que considere que beneficia a mis intereses, siempre que a quien se la cedo la use en favor del bien común, como ya he dicho.
Yo creo que la riqueza de un colectivo está en sus personas individuales. Las personas se conducirán tomando decisiones que mejoren su bienestar. Todo aquello que les impida tomar decisiones libremente arruinará su bienestar y el de sus convecinos, pues no podrán disfrutar de sus iniciativas. Si este hecho se extrapola a todos los individuos veremos que medidas que coartan la iniciativa privada, en realidad, lo que hacen es empobrecer el colectivo. Podremos poner ejemplos que ilustran lo que digo, pero lo paradójico del tema es que los inductores de regímenes coercitivos lo hicieron por beneficiar a sus “súbditos”, al menos ese fué el argumento esgrimido por ellos.
De manera sucinta puede decirse que hoy día la ecuación verdad-libertad-progreso se cumple de una manera razonable.
La alarma social.
La alarma social es una forma de llamarnos subnormales o menores de edad. Cuando no se nos quiere decir la verdad, los que detentan el poder dicen que no pueden decirla para no crear una alarma social innecesaria. Es decir, hasta en esto nos engañan - nos mienten-. La verdad es que si reconocieran sus errores perderían la confianza del individuo que ha creído en ellos.
¿Cual es el problema que denuncia la existencia del concepto “alarma social”?. Desde mi punto de vista lo que denuncia es el reconocimiento de la ignorancia del ciudadano, de los esquemas manipulados que prevalecen en sus mentes y de la impunidad que esto les reporta. Es decir, la falta de libertad del ciudadano. No hacen falta cadenas para convertir a un ciudadano en siervo, simplemente prívale de su capacidad intelectual libre y tendrás siervos en lugar de ciudadanos. 
La razón ha mantenido con vida al hombre desde su origen, ahora los poderes engañan al hombre diciendo que ellos son la garantía de su subsistencia, anestesian su razón y hacen con él lo que quieren. Cuando lo necesitan apelan a sus instintos pasionales en contra de quien osa despertar. Hordas de incultos, indocumentados y sectarios pueblan las calles en busca del enemigo a eliminar. Las consecuencias son evidentes: pueblos enterrados en la miseria. Y yo me pregunto ¿es que la miseria no alcanza a esos mamporreros de los gobernantes?. Y me contesto: los gobernantes cuidarán para que la miseria no les alcance nunca, son su garantía de permanecer en el poder. La siguiente pregunta es ¿como es que los más documentados no practican la misma táctica de avasallamiento al enemigo?. Mi respuesta es que su razón se lo impide. Paradógicamente estos individuos son los más conscientes de sus obligaciones con la  sociedad y son los que mantienen a esos que son capaces de matar a los que no participan de la política del que les paga.
Poder y trasparencia.-
He dicho que el poder es una pasión que corrompe, pero resulta que hacen falta personas que quieran dedicarse a ejercer este trabajo. La condición para convertir esta pasión en virtud sería obligar al que la ejerza a practicar la transparencia y a que busque el bien común y no el interés general.
Dicho así es fácil caer en el error demagógico que tratamos de corregir: si el receptor no tiene capacidad para distinguir la verdad de la mentira no habremos resuelto el problema. Habrá que establecer un orden de prioridades, primero la formación, luego la delegación de soberanía.
Se dice que las matemáticas no mienten. Los científicos sostienen que solo las teorías traducidas a lenguaje matemático son las susceptibles de comprobarse como verdaderas o falsas. En el mundo de la Calidad se sostiene que todo lo que no se puede medir no se puede mejorar. Pues bien, el poder es un trabajo que se encarga a una/s personas para administrar los recursos que los ciudadanos ponen es sus manos. Estos recursos han sido conseguidos con el esfuerzo diario de los individuos y que el Estado recoge con el nombre de “impuestos”. Hemos dicho que el poder corrompe, y lo decimos porque las personas que lo detentan desvían estos recurso con fines distintos al bien común, normalmente con fines interesados. Por lo tanto el control de los flujos de impuestos es básico en una sociedad que pretenda ser justa.
La herramienta de control del poder es la transparencia, es algo así como la verdad de las cuentas públicas. En ello va el futuro de un país y de su sociedad. Si el despilfarro conduce a la sociedad a la miseria, que no se corresponde con el esfuerzo que individualmente ha hecho cada ciudadano, la sociedad tendrá el deber y el derecho de retirarles la soberanía a ellos confiada y elegir nuevos representantes. Ver como se hunde el barco sin hacer nada es criminal, las normas deben impedir el naufragio, imponiendo procedimientos de actuación atemporales que lo impidan. Podría poner ejemplos pero creo que abriría otro debate.
La transparencia, por lo tanto, será la verdad irrefutable de la conducta del poder. Naturalmente, las normas y procedimientos para contabilizar las actuaciones deben ser transparentes también.
Estructura cultural de la población de un colectivo.-
Si el 100% de la población estuviera sometida a la dictadura descrita en este discurso, yo consideraría que el hombre no tiene esperanza de regeneración: la historia nos dice que esto no es así, incluso la Biblia clasifica la humanidad entre los que dirigen y los que son dirigidos, estos últimos son los que dan estabilidad al mundo. Luego si las sociedades adoptan doctrinas filosóficas opuestas para construir sus modelos de convivencia, quiere decir que hay personas de esa sociedad que mantienen concepciones de la vida enfrentadas, y que no forman parte de la mayoría. Unos y otros tratarán de persuadir a la mayoría para que participen de su modelo. Luego vendrán los hechos. Será acertada la teoría que dé mejores resultados para el bien común. Pero su apreciación solo será el privilegio de algunos.
En toda sociedad siempre hay un porcentaje de personas que se someten y otras que “soportan el modelo”. Estos últimos acabarán emergiendo cuando las circunstancias  provocadas por el modelo en vigor lleven a la sociedad a situaciones límites. Yo sostengo que siempre hay una reserva espiritual en toda sociedad que acabará cambiándola cuando proceda. Así es la naturaleza humana.
Pero si la mayoría es la que condiciona el modelo, ¿que es lo que decide que unas veces haya un modelo y otras otro?. Los inspiradores de un modelo de sociedad aprovecharán los errores del contrario para imponer el suyo en la siguiente oportunidad. De esta manera se cumple la ley del péndulo. Si la mayoría tuviera formación objetiva suficiente, aprovecharía esta ley para obligar a los políticos para que se regeneraran mediante la autocensura. Al carecer de dicha formación la mayoría se divide y actúa guiado por pasiones somáticas, comportándose como los aficionados al futbol, siempre eligen al de su cuerda.
Puedo decir, en consecuencia, que la mayoría de la población de un colectivo está sometida a una minoría mediante el esquema teórico desarrollado en este discurso. Las entrevistas en la calle que se ven en la TV lo confirman: la mayor parte de la gente tiene dificultades para expresar lo que piensan, y cuando lo hacen repiten discursos oídos en algún medio de comunicación, han perdido su creatividad. 
Todo el mundo se cansa de decir que el pueblo es sabio, pero lo cierto es que sus errores los pagan todos, incluido ellos, durante mucho tiempo. Están insatisfechos pero no saben como deberían actuar para cambiar las cosas. No son capaces de distinguir la verdad de la mentira.
Alguien podría preguntarme:¿Como sería un mundo en el que todos  fueran sabios o santos?, francamente no lo se, quizás estaríamos en el cielo cristiano. A día de hoy es un escenario difícil de imaginar. Tomás Moro imaginó un mundo mejor en su “Utopia”.
Corolario.-
La verdad y la mentira son armas poderosas del hombre contra el hombre. Lo formación intelectual y la sabiduría son el antídoto de las mismas.



Esto es lo que pienso en Madrid el día de hoy 20 de agosto de 2011 a las 13h 45 m.
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